Los creadores de las grandes sagas como Shigeru Miyamoto, responsable del archiconocido Mario Bros, son recibidos como grandes celebridades en todas las ferias del sector y algunos de youtubers españoles que cuelgan sus partidas en esta plataforma cuentan con ¡más de diez mil suscriptores!
Viendo este enorme interés, no es de extrañar que el ámbito de la enseñanza haya intentado valerse de esta poderosa herramienta para captar el interés de los alumnos. Hay dos vías de conjugar videojuegos y enseñanza, que describiremos brevemente a continuación:
1- Primero la enseñanza, después el videojuego: En esta perspectiva, la enseñanza es el eje central y se utilizan los videojuegos como herramienta para motivar al alumnado. Entrarían en esta categoría juegos como ¿Dónde está Carmen Sandiego?, muy popular en la década de los 80´, en el que había que encontrar a esta señorita por varios países siguiendo una serie de pistas de carácter geográfico.
Sin embargo, el resultado de estos intentos es, casi siempre, un videojuego aburrido y sin interés por parte de los alumnos. Es una perspectiva que, en líneas generales, siempre ha fracasado, lo que deja la sensación amarga de que juego y educación parece no ser compatible. No obstante, nada más lejos de la realidad.
2- Primero el videojuego, después la enseñanza: Esta perspectiva trata de aprovechar los videojuegos comerciales más conocidos para introducir elementos de enseñanza. Puede parecer complicado, pero no lo es en absoluto.
Por ejemplo, un estudiante puede estudiar concienzudamente dos hojas del libro dedicadas a la Revolución Industrial y sus consecuencias sociales y no tendrá una visión tan clara que viendo el trailer debut delAssassin´s Creed Syndicate.
Con el muy conocido Minecraft pasa lo mismo. Como sabéis se trata de un juego en el que los usuarios pueden erigir cualquier tipo de construcciones, llegando a crear sus propios mundos. Las posibilidades en el ámbito educativo son ilimitadas. Mirad este ejemplo:
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